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EL MANTRAM

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La fiebre del Mundial de Qatar 2022 me ha impedido publicar en el Blog pues la sobredosis de fútbol no me ha dado lugar para otros intereses. Así que, aprovechando este envión futbolero, quisiera contarles esta historia de El mantram que reúne en sí misma el fútbol, la pasión, la locura y la fantasía de un eterno caminante. Las Malvinas son argentinas .  Escuchamos esa frase toda la vida, desde niños, como una oración, como un mantram y todo el peso de la historia se nos viene encima desde las invasiones inglesas para adelante. Aprendimos a odiar a los ingleses, piratas usurpadores, desde la escuela, desde los diarios, desde la leche materna.  Por eso a pesar de la represión y la opresión, el pueblo salió a vivar los sueños borrachines de un general trasnochado que imaginó una gesta emancipadora para las Malvinas, en 1982.   Muertes absurdas, Goliath contra David sin honda, la estupidez de la guerra, pero sentimos que le pegamos una patada en el tobillo, en la sue...

DOÑA MONDONGA

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  Todos sabíamos que era la madre de Aquilino porque todos los días lo traía y lo llevaba de la escuela, pero nadie sabía cuál era su nombre pues todos le decían Doña Mondonga.  Como si la fealdad fuera un insulto la habían bautizado despectivamente de ese modo y su nombre había quedado oculto tras los pliegues de su apodo. Era imposible no verla, tremenda mujerona, más grandota aún para nuestra estatura de niños, trayendo a Aquilino a la rastra como un guardapolvito agitándose en su mano. Su cuerpo flácido parecía un trompo bamboleándose paquidérmico por la vereda, los pliegues de carne colgándole en los brazos y las rodillas vencidas de soportar tanto peso; pero lo peor de todo era su cara: el pelo chuzo y pajiento, mal atado en un rodete siempre medio desvencijado, daba marco a una cara redonda, de tez oscura y semi-manchada.  Los labios asimétricos y sin forma debajo de unos indisimulables pelitos -que ya podían llamarse bigotes-, dejaban ver unos dientes despare...

EL TABLERO DE AJEDREZ

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  Son pocos los afortunados que tienen el privilegio de conocer a sus bisabuelos. Yo, cuando tenía nueve años, conocía mi bisabuela materna. Fue en Quines, provincia de San Luis, en aquellas épocas en que llegar a Quines era un safari interminable atravesando ese desierto terroso de caminos serruchados y resecos. Viajamos casi todo el día para encontrarnos a una viejita frágil de 92 años que me dio, con su presencia etérea, una conciencia de atemporalidad y pertenencia que me manifiesta como familia en este mundo. Aquel recuerdo me hizo pensar en mi familia y descubrí que, en el amor de mis padres, convergieron dos mundos completamente incompatibles en esencia, pero posibles en la práctica: el de mis abuelos paternos, italianos de pura cepa, trasplantados en la América de principios del 1900 y el de mis abuelos maternos mezcla de criollos e indios ranqueles.  Así, con mis parientes paternos (rubios de ojos celestes) y mis parientes maternos (idénticos a Ceferino Namuncurá), si...

AUTOBIOGRAFIA INCONCLUSA DE UN AUTOR ANONIMO

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  I - Ma, ¿Y ese libro qué es? - - Es el libro del abuelo - decía mi madre con un fervor reverencial.  Y el libro estaba allí, en el estante más alto de la biblioteca, forrado en papel araña azul, intrigándome hasta la obsesión.  Era demasiado gordo para mis condiciones de lector y demasiado hermético para mi entendimiento, pero, cuando tenía quince años, me decidí y comencé a leerlo. El libro se llamaba “Campo Huacho” y contaba las vivencias de un niño de principios de siglo en las tierras, alguna vez prósperas, de Conlara, al norte de la provincia de San Luis.  Con su escritura llana y sus modismos puntanos, me trasladó a un mundo que nunca había imaginado, me ayudó a amar aspectos de un abuelo al que casi no conocí, pues murió cuando yo era un niño. Su libro estaba allí.  Su infancia estaría, por siempre, entre los estantes de la biblioteca ayudándome a entender mi esencia, mis miedos y mis porqués. II Cuando estaba en sexto grado, la señorita Nelly apareció,...

Los últimos cinco minutos

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  Hace muchos años, un francés llamado Henry, que también estaba en el camino de la búsqueda de sí mismo (este camino del eterno caminante que, ahora, comenzamos a recorrer juntos) me dijo una frase que nunca pude olvidar: "No hay que preocuparse pues todo se soluciona en los últimos cinco minutos" La frase ha pasado, de boca en boca, entre mis amigos y conocidos quienes, después de muchos años, me llaman para decirme: - No sabes cómo me acordé de tus palabras. Estaba embarullado con miles de cosas que venían todas juntas, sin encontrar el camino para poder salir del embrollo y, de repente, en los últimos cinco minutos, todo se solucionó como por arte de magia...- Yo también apelo a la frase en determinadas circunstancias, aunque, si bien no hay que preocuparse, sí es necesario "ocuparse" y tratar de encontrar todas las opciones posibles y agotar esas instancias a fin de despejar el sendero y llegar a la meta deseada. No preocuparse no implica una actitud pasiva e...

Mi otra mitad

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¿Qué vas a ser cuando seas grande?  Y los pibes responden futbolista, doctor o bombero voluntario.  Yo no lo sabía, pero llegaba la época de tomar decisiones, como es la de elegir escuela secundaria, entonces mejor que vayas al Industrial, así, por lo menos, aprendés un oficio.  Con esa idea me desenvolví entre tornos, escofinas, fraguas y electrones en un mundo rígido y exacto donde, siempre, dos más dos suman cuatro. Así con ese impulso de aprender un oficio terminé la escuela técnica, ingresé a la Universidad y hasta me recibí de ingeniero electrónico; arreglé computadoras, sincronizadores de hélice, oxicapnógrafos y aspiradores quirúrgicos ultrasónicos. Sin embargo, había una mitad de mí a la que le gustaba tocar la guitarra, escribir poemas, dibujar o actuar en un teatro.  Había una mitad de mí que me llevó a hacer Yoga o a andar dos años de mochilero recorriendo el mundo.  Una mitad que vive, al mismo tiempo, en un mundo inexacto, cambiante y tumultuoso. M...

El éxito en la vida

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¿Cuál es el éxito en la vida? Tener dinero? ¿Ser reconocido en nuestro trabajo? ¿Ser feliz ? ¿Poder vivir sin trabajar? Cada uno es cada cual y encontrará en cada consigna su significado de "éxito en la vida". Finalmente, ¿Qué es la vida? Si no tenemos claro hacia dónde va nuestra vida, no podemos enfocarnos en tener éxito (podremos tener pequeñas batallas ganadas, pequeñas alegrías que, sin un enfoque preciso, serán sólo eso: estrellas fugaces que se pierden en la oscuridad de la noche). Es como un bote que sin saber en dónde está en medio de la inmensidad del mar o sin saber adónde va, nunca llegará a ninguna parte. Esa es la meta del eterno caminante: encontrar el camino en esta maravilla que llamamos vida. Vamos a crecer mucho y juntos en este Blog... Como parte de ese crecimiento y del éxito en la vida estaremos desde acá creando Backlink gratis a todos esos emprendedores que me escriban y me cuenten cómo va su Vida.  Nuestro primer enlace a: solerlifetech.com  Una empre...